Participación, solidaridad, hermandad y entusiasmo

Como parte de la Semana de la 108 Jornada Mundial de las Personas Migrantes y Refugiadas, el día viernes 23 de septiembre, la Dimensión Episcopal de la Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH) organizó el Encuentro Ecuménico con representantes de la Iglesia Anglicana, Iglesia Luterana, Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y la Iglesia Católica, en las instalaciones de la Universidad Intercontinental (UIC) en la Ciudad de México.

El evento inició con la lectura del Santo Evangelio por parte del Presbítero Maestro Rigoberto Colunga Hernández, Director General de Formación Integral de la UIC, para la reflexión sobre la ayuda y contribución a una mejor vida para las personas migrantes y refugiadas.

Participaron Arturo Carrazo, representante de la Iglesia Anglicana: “Seamos partícipes en la construcción y consolidación del Reino de Dios, el Reino del Amor y el Reino de la paz, recordando a los profetas que la paz es cuerpo de la justicia.”. El Pastor Luterano Miguel Ángel: “La migración está presente todo el tiempo y lo que habría que pensar es por qué hay una migración que nos gusta y por qué hay una migración que nos incomoda, es rechazada.”. Elder Barry Lloyd, representante de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días: “Los fondos que usamos nosotros para ayudar y para ciertos proyectos no vienen de personas ricas, vienen de individuos que no tienen mucha plata.” Y Pbro. Julio López Vivas, Secretario Ejecutivo de la DEPMH: “Construir el futuro con los migrantes y refugiados es acoger, proteger, promover e integrar a las personas migrantes y refugiadas sin que ninguno se sienta excluido”.

Al finalizar, se firmó un documento entre las Iglesias presentes sobre la fraternidad humana por la paz mundial y la convivencia común: “Que este documento sea una invitación de reconciliación y de colaboración entre todas y todos los creyentes y no creyentes, que sea una prueba de la buena fe y esperanza.” En dicho documento puede leerse: “Dios ha creado a los seres humanos por igualdad, por semejanza y dignidad, y ha llamado a las personas a convivir en un ambiente de fraternidad, esperanza y solidaridad, en donde ayudemos a las personas más necesitadas. Desde nuestra realidad hemos sido testigos de la grandeza a la que se puede llegar, en un ambiente de paz, apoyo y protección. Hemos visto como la Fe y el amor al prójimo ha contribuido al desarrollo espiritual de cada persona.”

Por último, realizaron una oración agradeciendo la atención y colaboración de los representantes y el apoyo de cada Iglesia.